Leyendas de reinas moras y tesoros en la Sierra de las Quilamas

Las leyendas , ciertas o no, pueden acercarnos a paisajes y rutas especiales, llenas de encanto, al lado de San Miguel de Valero. Dicen que en una cueva se escondió, huyendo de muerte segura, la Reina Quilama, amor eterno del último rey godo Don Rodrigo, que siguió batallando.

Para acceder a la Cueva hay tres posibles rutas, dos lineales y una circular. Ninguna demasiado larga, todas tienen entre 6 y 8,5  km, que pueden hacerse entre dos y tres horas. Su dificultad es media. Las vistas desde la Cueva son impresionantes, el entorno realmente especial con grandes paredes verticales de roca.

Para explorarla, se puede ir con una cuerda, una linterna y para contemplar toda la zona, conviene llevar  unos prismáticos que permitan ver los  buitres volar, paseando entre la cresta de la Sierra de las Quilamas

La Cueva de la Mora es un pozo vertical de unos 8 o 10 metros que conduce a una galería de 25 metros de largo. Al final se divide en dos, un túnel ascendente en dirección a San Miguel de Valero, que está cegado y otro descendente, cerrado con piedras. Nadie sabe qué hay más allá. Los pasadizos sin fin son parte de ese misterio que rodea la Cueva de la Mora.

La Cueva de la Mora

Su historia se convirtió en un amor imposible en el año 711. Con la invasión musulmana de la península ibérica, ella, hija de un conde ceutí , Don Julián,  no podía casarse con un rey godo. Huyeron juntos de Toledo y se refugiaron en la cueva de la sierra, rodeados del gran tesoro.

Los amantes huyeron por este lugar que comunica con el pico del Castillo Viejo de Valero. Dentro,  entre laberintos y pasadizos, se encuentra escondido el tesoro del rey godo Alarico. Un enigma todavía sin descubrir. Ella se quedó en el Castillo y él volvió a la batalla a luchar. Dicen las leyendas que los gritos y lamentos pueden escucharse la noche de San Juan en la Cueva de la Mora. Ella se quedó esperando en la Cueva, a él lo mataron en la guerra.

El tesoro, supuestamente en la sierra de la ya Sierra de las Quilamas. Así lo recuerda un refrán popular de la Sierra de Francia: “Entre Quil (castillo en árabe) y Quilama (el río que separa la cueva del Castillo Viejo), hay más oro que en toda España”.

Se trata de uno de los tesoros más valiosos. Los visigodos, liderados por Alarico, saquearon completamente Roma en 410 llevándose con ellos un botín de inmenso valor. Entre los objetos robados podían estar la mesa de Salomón, el candelabro Menorah y otras joyas del Templo de Jerusalén.

Con tesoros, o sin ellos, la Sierra de las Quilamas merece ser conocida de cerca. No te la pierdas. Ven y descubre el encanto de la sierra salmantina, pasando un fin de semana rural en nuestras casas